El tratamiento de la toxoplasmosis congénita es crítico para minimizar las complicaciones en los recién nacidos infectados. Aquí te ofrezco un resumen del tratamiento basado en las guías médicas actuales:

1. Pirimetamina y Sulfadiazina: Estos son los medicamentos principales utilizados para tratar la toxoplasmosis congénita. Se administra usualmente durante al menos un año para asegurar la efectividad del tratamiento y prevenir complicaciones. La pirimetamina se inicia con una dosis de ataque y se continúa con una dosis de mantenimiento fuente.

2. Leucovorina (ácido folínico): Se utiliza junto con pirimetamina para reducir la toxicidad de este medicamento sobre la médula ósea. Se administra para proteger contra los efectos secundarios hematológicos fuente.

3. Monitoreo regular de salud: Incluye pruebas auditivas periódicas para controlar la pérdida auditiva, que puede ser una complicación de la infección.

Para los niños con síntomas, es esencial comenzar el tratamiento lo antes posible para mejorar los resultados a largo plazo. Recomiendo consultar las guías de tratamiento locales o internacionales más detalladas y hablar con un especialista en enfermedades infecciosas para obtener una orientación específica según las necesidades del paciente. Si estás interesado, aquí puedes ver una imagen descriptiva relacionada con el tema.

El tratamiento de la toxoplasmosis congénita se realiza principalmente en recién nacidos infectados y tiene como objetivo reducir las secuelas de la infección. Según diversas fuentes, el tratamiento estándar incluye la combinación de medicamentos como la pirimetamina, sulfadiazina y leucovorina. La pirimetamina se utiliza para combatir infecciones por protozoarios y la leucovorina cálcica ayuda a prevenir los efectos tóxicos de la pirimetamina. El tratamiento puede durar hasta 12 meses y es esencial para reducir la inflamación y daño al sistema nervioso central, así como para prevenir la pérdida auditiva. Se recomienda realizar pruebas auditivas periódicas para controlar la pérdida auditiva en los afectados. Estos datos provienen de diversas publicaciones y guías clínicas, incluyendo el Manual Merck para profesionales, la Guía de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica y la HRSA Newborn Screening.